Con un costo de unos 800 millones de dólares, la construcción tiene una capacidad máxima para 80.000 personas. Sin embargo, gracias a su particular diseño, luego de finalizada la cita olímpica, se desmantelará parte del sector superior, fabricado de acero y hormigón, para reducirla a 60.000 lugares. La parte baja del estadio, que incluye 25.000 asientos, es el único sector fijo.
Al concluir los Juegos, el Estadio quedará en manos de uno de los equipos de fútbol de la ciudad, West Ham United, luego de que el gobierno británico decidiera venderlo o alquilarlo y este equipo ganara la licitación. Cómo la ciudad ya cuenta con un estadio de estas dimensiones (Wembley), se consideró inútil (y costoso) mantenerlo.
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